La freidora es uno de los electrodomésticos que más dudas suele despertar a la hora de saber cómo realizar un correcto cuidado y mantenimiento ¿Cómo limpiarla? ¿Cada cuánto tiempo es recomendable cambiar el aceite? En este artículo, intentamos resolver tus dudas.
Realizar un inadecuado mantenimiento de nuestra freidora no sólo puede degradar el sabor del aceite y, por consiguiente, de los alimentos que freímos en éste, sino que se puede ver en peligro nuestra seguridad alimentaria. Por esta razón y, además, para evitar que cada vez que tengas que limpiar este electrodoméstico tengas que dedicarle demasiado tiempo, lo recomendable es realizar un correcto mantenimiento periódico de la misma. Ahora, la siguiente pregunta es, ¿cómo limpiar la freidora?
Para hacerlo de una manera rápida y sencilla, recomendamos los siguientes pasos.
Material para limpiar la freidora
- Paño cocina.
- Papel de cocina. · Esponja o estropajo. · Vinagre. · Jabón líquido.
- Brocha cazuelas / escobilla de goma.
Pasos a seguir
- Apagar la freidora y vaciar el aceite. A ser posible, recomendamos introducirlo en el interior de una botella vacía, con la ayuda de un embudo, para, posteriormente, depositarlo en un contenedor de recogida de aceite usado.
- Retirar los restos de posos o alimentos que puedan haber caído al aceite en el uso diario en el fondo de la cubeta.
- Introducir agua caliente con detergente y hervir el agua durante unos 8-10 minutos.
- Una vez vaciado el agua, limpiar la cubeta, pudiendo emplear una brocha de cazuelas y/o una escobilla de goma.
- Enjuagar la cubeta unas cuantas veces con agua caliente. Después de cada aclarado, secar el agua resultante con papel de cocina.
- Para finalizar, limpiar todo el cuerpo exterior de la freidora con una bayeta húmeda y secar con papel de cocina.
En cuanto al cambio del aceite, las modificaciones en el propio producto nos indican cuándo es necesario renovar el mismo. En concreto, los manuales recomiendan desechar el aceite de fritura cuando se observen cualquiera de las siguientes reacciones o evidencias:
- Aumento de la viscosidad en el aceite.
- Oscurecimiento intenso.
- Olor desagradable.
- La aparición de humo en una temperatura usual.
Así, los primeros signos que hacen rápida su sustitución, son los cambios en el color, en el proceso de escurrido, en el sabor o el aroma. En los casos en los que ya se forman espumas, o el aceite ya está visiblemente quemado, el reemplazo resulta urgente.
Medidores de compuestos polares
Pero, en lo que respecta a la conservación y limpieza correcta de las freidoras, esto no es todo. Y es que, muchos de estos electrodomésticos cuentan ya con un medidor de aceite de fritura. Este se encarga de medir la calidad y temperatura del aceite de cocinar, para así determinar si el proceso de la fritura se lleva a cabo de la manera correcta.
Estos dispositivos -que consisten en un instrumento portátil, generalmente de funcionamiento a pilas- disponen de un sensor integrado que permite respetar los valores críticos de los componentes polares y, por lo tanto, cambiar el aceite en el momento adecuado. De esta manera, se evitan los cambios frecuentes e innecesarios del aceite de fritura, con el consecuente ahorro económico asociado.
Y ahora que ya sabes lo pasos a seguir, ¿empezamos por poner “a tono” a nuestra freidora?